La realidad aumentada cambia las reglas del juego en operaciones entre empresas (B2B)

Por Matt Hatch
Foto por Billetto Editorial on Unsplash

Aunque se esperaba que la realidad aumentada revolucionase el mundo del consumo, no ha cumplido las expectativas generadas en este ámbito. Afortunadamente, en el mundo B2B (‘negocio entre empresas’) las noticias son mucho mejores.

La AR combina la percepción que tienen las personas del mundo real con algún tipo de superposición generada por ordenador. Google Glass fue el ejemplo de realidad aumentada más publicitado, aunque finalmente resultó un fracaso comercial debido, en gran medida, a ir dirigido al mercado equivocado.

Es muchísimo más sencillo encontrar aplicaciones al servicio de las empresas que usos destinados al consumidor en general. Realmente, la gente no necesita ver menús, listados de pisos o anuncios cuando va por la calle.

Pero un técnico que tenga que arreglar un motor a reacción en 20 minutos o menos puede beneficiarse enormemente de un sistema «manos libres» que le permita identificar posibles problemas y sus soluciones.

Cuando más complicado y técnico sea un reto, mayor valor adquiere la realidad aumentada. Imagine que está echando un vistazo al funcionamiento interno de una refinería de petróleo y cuenta con un visor que identifica cada pieza y su finalidad. Mejor aún, imagine a un trabajador que puede pedir una pieza de repuesto con solo mirar la pieza rota y pronunciar la solicitud de una nueva.

Un estudio de PWC de 2016 averiguó que más de uno de cada tres fabricantes esperan adoptar tecnologías realidad virtual y realidad aumentada para 2018. Entre las muchas aplicaciones posibles se han destacado:

Gafas inteligentes que ayuden a supervisar procesos de montaje complicados, con el fin de asegurarse de colocar todas las piezas en el orden correcto sin perder tiempo consultando portapapeles, manuales o tabletas.

Los inspectores de piezas pueden hacer una foto a una pieza que necesita modificaciones y, además, grabar un comentario oral sobre el problema y transmitir estos datos al compañero pertinente en cuestión de segundos.

Veamos un ejemplo real: cada nuevo Boeing 747-8 Freighter lleva más de 200 km de cables. Hasta ahora, la forma de mostrar a los trabajadores donde estaba todo era equiparlos con «tochos» repletos de diagramas y ordenadores portátiles con instrucciones. Sin embargo, este método era engorroso porque obligaba a los empleados a buscar información constantemente y a distraer su atención del trabajo.

En la actualidad, una solución de realidad aumentada denominada Skylight permite a los mecánicos de Boeing tener las instrucciones a la vista mientras trabajan. Además, pueden desplazarse por el sistema con comandos de voz.

Levántese con las noticias más importantes del día.

Un  artículo reciente de Harvard Business Review mostró «un gráfico paralelo que comparaba el tiempo que le llevaba a un técnico de GE cablear la caja de control de una turbina eólica con el proceso actual de la empresa y el tiempo que le llevaba la misma tarea contando con instrucciones superpuestas visualmente a su tarea por un dispositivo ocular de realidad aumentada. El dispositivo mejoró un 34% el rendimiento del trabajador en su primer uso.»

Ese mismo artículo de HBR citaba la realidad aumentada como excelente ejemplo de «mejora de las tecnologías, una colaboración entre humanos y máquinas inteligentes (que) puede aumentar las capacidades de los trabajadores, mejorando el rendimiento, la seguridad y la satisfacción del trabajador.» En otras palabras, combina lo que hacen mejor los humanos con lo que hacen mejor las tecnologías.

Para los consumidores, sin embargo, las Google Glass simplemente no resultaban «guays». Pero «guay» no es un factor importante en las plantas de fabricación, donde los trabajadores han tenido siempre que vestir de un modo determinado o utilizar un equipo de seguridad para satisfacer las exigencias de su trabajo.

Luigi De Bernardini, presidente de Autoware Digital y director ejecutivo de Autoware señala que “el valor diferenciador de la AR reside en el modo en que presenta la información al usuario. La superpone a la realidad. Los valores, iconos o gráficos están anclados al objeto real al que hacen referencia. En una aplicación estándar, probablemente se use un icono de válvula y la etiqueta ON (activada) para indicar el estado de la válvula. En la realidad aumentada, simplemente se superpone la etiqueta ON sobre la propia válvula, lo que facilita la comprensión por parte del operario.

Sin la realidad aumentada, el factor que limita muchas operaciones es la cantidad de información que el trabajador puede memorizar adecuadamente. La realidad aumentada ofrece la posibilidad de eliminar esta limitación actuando como referencia sencilla, accesible y precisa. Usada así, la realidad aumentada no tiene que ver con juegos o entretenimiento, sino con productividad, velocidad, seguridad y precisión. Y eso merece toda su atención.